Síndrome Urémico Hemolítico (SUH)

El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad infecciosa, con compromiso generalizado (de muchos órganos y sistemas) que se caracteriza por presentar una tríada de síntomas: Insuficiencia renal aguda, anemia hemolítica y disminución de las plaquetas.

La incidencia en Argentina es una de las más altas del mundo: se registran más de 300 casos por año. Predomina en verano y afecta a niños entre 6 meses (cuando la mayoría de los niños argentinos comienzan a comer un “bifecito jugoso”) y 5 años. Se han registrado epidemias por comer en casas de comida rápida.

La enfermedad típica comienza con diarrea, habitualmente mucosanguinolenta (deposiciones desligadas con pequeños coágulos y estrías de sangre) producida por una bacteria llamada Escherichia Coli. El período de incubación (diarrea mucosanguinolenta) puede durar de 4 a 5 días. Durante este período la E. Coli alojada en el intestino produce una toxina denominada Verotoxina, que al ingresar a la sangre a través del intestino lesionado ataca los tres órganos blanco: los riñones, los glóbulos rojos y las plaquetas. Solamente un pequeño porcentaje (10%) de cepas de Escherichia Coli puede producir la Verotoxina (E Coli O157 H7) . El período de estado de la enfermedad (etapa posterior a la incubación) se caracteriza por la Insuficiencia renal aguda, anemia y plaquetopenia



Insuficiencia renal aguda (IRA):

El SUH es la primer causa de IRA y de diálisis peritoneal en menores de 5 años en la Argentina. La Verotoxina lesiona la capa interna (endotelio) de los pequeños capilares del riñón afectando la producción de orina y la eliminación de los residuos nitrogenados (principal función del riñón). Si la lesión de los capilares del riñón es muy importante, puede no recuperarse y la IRA se convierte en Insuficiencia Renal Crónica (IRC), y el niño deberá continuar el tratamiento realizando hemodiálisis crónica y entrar en un plan de transplante renal. Un signo de mal pronóstico en la etapa aguda del SUH que predice la evolución hacia IRC es la duración de la anuria (ausencia de producción de orina). Cuando el niño no orina durante un período mayor de 7 días, la posibilidad de evolucionar a IRC es mucho mayor que si la anuria dura menos de 7 días. Durante los días que el niño no produce orina se realiza DIÁLISIS PERITONEAL, para eliminar el exceso de líquido y de productos nitrogenados acumulados en el cuerpo.



Anemia Hemolítica:

La anemia puede estar producida por una deficiente producción de glóbulos rojos o por aumento en la destrucción de los mismos (hemólisis). En el caso del SUH, la anemia se produce por un aumento en la destrucción de los glóbulos rojos. La Verotoxina puede destruir los glóbulos rojos por acción directa sobre la pared del glóbulo e indirectamente al inflamar el endotelio de los capilares (microangiopatía) por donde circulan los glóbulos rojos, quedando entonces atrapados en los capilares afectados y se destruyen. Mientras que la afección del riñón puede ser permanente, la anemia es siempre transitoria, ya que la fábrica de los glóbulos rojos (médula ósea) no se encuentra afectada.



Plaquetopenia:

La misma microangiopatía que produce anemia es capaz de destruir las plaquetas. Al igual que la anemia, la plaquetopenia se recupera por completo una vez superada la etapa aguda de la enfermedad.

Otro órgano frecuentemente afectado en esta enfermedad es el Sistema Nervioso Central. Tanto la inflamación del endotelio de los vasos cerebrales, como las alteraciones en los líquidos y minerales del cuerpo secundarias a la IRA pueden producir convulsiones o lesiones cerebrales de tipo isquémicas, mientras que la caída de las plaquetas puede producir lesiones de tipo hemorrágicas.



Síntomas y signos:

La IRA produce anuria (ausencia de producción de orina) u oliguria (disminución en la producción de orina).

El líquido que no puede ser eliminado se acumula en el cuerpo produciendo:
• Edema periférico (hinchazón de las piernas, brazos e inflamación de los párpados)
• Edema pulmonar (dificultad respiratoria con requerimiento de oxígeno)
• Edema cerebral (confusión, irritabilidad, convulsiones)
• Hipertensión arterial



También se produce una acumulación de los productos nitrogenados que el riñón no puede eliminar (uremia).

La uremia puede manifestarse por:
• Nausea, vómitos y hemorragia gastrointestinal
• Fatiga, dolores musculares, debilidad muscular, calambres
• Anorexia marcada (falta de apetito).



La anemia se manifiesta por:
• Palidez muy marcada de la piel y mucosas.
• Taquicardia y soplo cardíaco.
• Falta de fuerza y energía


La plaquetopenia se puede manifestar por pequeños sangrados en la piel (petequias) o sangrados importantes (epistaxis, hematomas, hemoptisis, hematuria, melena, hematemesis)



Causas

El cuadro típico de SUH (producido por la E Coli productora de Verotoxina, que comienza con diarrea hemorrágica) representa aproximadamente el 90% de los casos, pero también existen formas atípicas de SUH (producidas por Neumococo, Shigella, anticonceptivos orales, Suh hereditario o Suh recurrente).

La fuente de contagio principal es la carne vacuna insuficientemente cocida, la leche no pasteurizada, los productos lácteos preparados con leche no pasteurizada y el agua contaminada con materia fecal. Si bien el SUH no es contagioso, la E Coli que lo produce puede transmitirse de persona a persona.

La verotoxina y la E Coli son muy sensibles al calor. Más de 3 minutos a 80º destruyen a ambas. Una hamburguesa o un trozo de carne que luego de la cocción queda rosado o jugoso no estuvo sometido a esa temperatura, por lo que contiene bacterias vivas. La E Coli vive sobre la superficie de la carne, por lo que un trozo de carne no procesada contiene menos bacterias que una hamburguesa. La cantidad de gérmenes presentes está relacionada con la severidad de la enfermedad



Diagnóstico:

Ante todo niño con diarrea hemorrágica se debe estar atento a la aparición de los síntomas clásicos: disminución de la producción de orina (IRA) palidez marcada de piel y mucosas (anemia) y pequeños sangrados en la piel (petequias por plaquetopenia).

Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas se deben solicitar análisis de orina y de sangre.

La orina completa puede mostrar glóbulos rojos, que confirmaría el Síndrome Nefrítico característico de esta enfermedad, y se debe solicitar un estudio llamado microscopía de fase para diagnóstico de glóbulos rojos dismórficos , ya que los glóbulos rojos presentes en la orina durante el SUH están alterados en su forma, no así los glóbulos rojos presentes en la orina de otras enfermedades.

El hemograma confirma la anemia hemolítica y la plaquetopenia, y el dosaje de Urea y Creatinina en sangre confirman la IRA por el aumento de estos productos nitrogenados que deberían ser eliminados por el riñón.



Tratamiento

Esta enfermedad no tiene un tratamiento curativo. Se debe dar un tratamiento de sostén para evitar las complicaciones, mientras se espera que se recupere el riñón y que disminuya la destrucción de los glóbulos rojos y de las plaquetas.

Cuando existe anuria (ausencia de producción de orina), para evitar la acumulación de líquido y toxinas en el cuerpo se realiza Diálisis Peritoneal . El comienzo precoz de la diálisis mejora el pronóstico renal del paciente.

La anemia mejora con transfusiones de Glóbulos rojos concentrados, y se deben realizar tantas transfusiones como sean necesarias hasta que las crisis hemolíticas (destrucción de glóbulos rojos) hayan desaparecido.

La uremia produce pérdida casi total de apetito, y la nutrición adecuada es importante para la recuperación del paciente, por lo que se suele colocar una sonda nasogástrica para alimentación.



Medidas preventivas:

•Cocinar la carne hasta que tenga una coloración homogénea y al cortarla no libere jugo (carne bien cocida)
•Tener especial cuidado con la carne picada , ya que contiene muchísimos más gérmenes en su interior que la carne no procesada
•Utilizar distintos utensilios de cocina para manipular la carne cruda y para comer.
•Evitar el contacto de la carne cruda con otros alimentos.
•Utilizar solamente leche y derivados lácteos pasteurizados y conservar adecuadamente la cadena de frío.
•No consumir jugos de fruta comerciales no pasteurizados.
•Lavar cuidadosamente verduras y frutas.
•Asegurar la correcta higiene de las manos (deben lavarse con agua y jabón) antes de preparar los alimentos.
•Lavarse las manos con agua y jabón luego de ir al baño.
•Consumir agua potable ; ante la duda, hervirla.

Pronóstico:

La mayoría de los niños que sufrieron un Suh se recuperan completamente. Entre 20 y 30 % quedará con una función renal disminuida que en algún momento de la vida requerirá de hemodiálisis crónico y transplante renal, y menos del 5% fallece en la etapa aguda de la enfermedad.



Convulsión Febril

Convulsión

La convulsión es un fenómeno neurológico que ocurre cuando el cerebro, que normalmente transmite impulsos eléctricos con un ritmo regular y predecible, produce ritmos eléctricos anormales, caóticos e impredecibles que generan una respuesta muscular incontrolable. La convulsión se manifiesta clínicamente por:

•Rigidez del cuerpo (tónico) o sacudidas musculares (clónico), que pueden ser generalizadas (todo el cuerpo de manera simétrica) o focalizadas (simplemente de una mano, una pierna o una combinación de brazos y piernas).
•Los ojos pueden desplazarse hacia atrás.
•Extensión del cuello (desplazamiento hacia atrás de la cabeza).
•Puede haber pérdida transitoria del control de esfínteres.

Las convulsiones pueden estar producidas por múltiples causas. En los niños la más frecuente es la convulsión febril típica, que afortunadamente es la más inofensiva de todas, por lo que es fundamental diferenciarla del resto de las convulsiones que pueden producir secuelas.

La convulsión febril típica no produce daño neurológico, no predispone a otro tipo de convulsiones, ni genera trastornos en el aprendizaje.




Convulsión febril

Entre un 4 y 6 % de los niños pueden sufrir una convulsión febril típica.
¿
Cómo diferenciarla de otro tipo de convulsión?
Los niños que sufren una convulsión febril típica suelen tener:
Edad: entre 6 meses y 5 años. La primera convulsión febril suele producirse en niños menores de 1 año ante el primer pico febril de más de 38*6.

No deben existir antecedentes personales de daño neurológico previo, sufrimiento fetal ni antecedentes familiares de enfermedades neurológicas.

Características de la convulsión: Tónico-clónico generalizada (rigidez y sacudidas de todo el cuerpo)
Duración: De pocos segundos hasta 10 minutos.
Recuperación: luego de un período de somnolencia de aproximadamente 30´(período post-ictal) la recuperación debe ser completa, sin ningún tipo de secuela (falta de movilidad de algún miembro, desviación de la comisura de los labios, lentitud del habla, etc)

Aparición ante el primer pico de fiebre alta durante un proceso infeccioso o luego de alguna vacunación.


En cambio si presenta alguna de las siguientes características:
Menor de 6 meses o mayor de 5 años.
Aparición sin fiebre o con fiebre menor de 38*5.
Antecedentes personales de lesión neurológica o sufrimiento fetal o antecedentes familiares de epilepsia o enfermedades neurológicas.
Convulsión atónica, focalizada, parcial o compleja.
Duración mayor a 10 minutos.
Recuperación incompleta con alguna secuela motora o intelectual.
Repetición dentro del mismo proceso febril.


Se debe diagnosticar una convulsión atípica y debe ser medicado con anticonvulsivantes, internado y diagnosticar la causa para realizar el tratamiento más adecuado.


La convulsión febril típica es un fenómeno madurativo que desaparece con la maduración normal del sistema nervioso, sin dejar secuela.



¿Qué hacer ante una convulsión febril?

La primera convulsión febril suele aparecer luego de los 6 meses de edad, durante una infección respiratoria, una otitis media o una eruptiva viral. La temperatura suele subir de manera muy brusca, sin dar tiempo a darle ninguna medicación. La mayoría de las convulsiones ocurre dentro de las primeras 24 horas de una enfermedad y no necesariamente cuando la fiebre está en su punto más alto. Muchas veces, la convulsión es el primer signo de fiebre.

•Proteger al niño, ya que durante una convulsión puede golpearse sobre una superficie dura, por lo tanto hay que colocarlo en una cama o una superficie suave.

•No introducirle ningún objeto forzosamente en la boca para prevenir que se muerda la lengua, ya que pueden producirse lesiones.

•Hay que tratar de asegurar que pueda respirar en forma adecuada introduciendo suavemente un objeto en la boca para tratar de separar la dentadura, de manera que permita una buena respiración y extender la cabeza hacia atrás y colocarla de lado, para evitar que se aspire si vomita.

•No se debe tratar de detener los movimientos de la convulsión.

•No se debe administrar nada por la boca para bajarle la fiebre ya que no puede tragar


Una vez finalizada la convulsión se debe hacer una consulta con un pediatra para confirmar que se trató de una convulsión febril típica, y diagnosticar la causa de la fiebre y en caso de ser posible tratarla.

Más de la mitad de los niños mayores de 1 año que presentaron una convulsión febril, no lo volverán a hacer nunca más aunque tengan fiebre repetidamente.


Como la convulsión febril típica no genera ningún tipo de daño neurológico, no predispone a la epilepsia ni a otro tipo de convulsiones, no genera trastornos del aprendizaje ni alteraciones del coeficiente intelectual y, como se trata de un fenómeno madurativo sin consecuencias que desaparece con la maduración normal del Sistema Nervioso Central, no se debe realizar ningún tipo de tratamiento anticonvulsivante.

Debés tener antitérmicos con las dosis actualizadas para el peso de tu hijo. Se recomienda comenzar con dipirona que es al antitérmico más efectivo y se puede administrar cada 6 horas. Antiguamente se utilizaba un esquema intercalando dos antitérmicos cada 3 horas, pero ahora se demostró que esto disminuye el efecto de los antitérmicos, por lo que recomiendo reservar al segundo antitérmico sólo para los momentos de fiebre más rebelde (entre las 20 y 24 horas). Los baños con agua tibia para ayudar a disipar la temperatura también son efectivos y ayudan a mantener la temperatura más baja.


Más info sobre cuidados de la fiebre.

El electroencefalograma de un chico que sufrió una convulsión febril típica es siempre normal.
La mayoría de los padres de chicos que atendí con convulsiones febriles típicas me relataron que se trató del episodio más traumático que sufrieron en su vida y que en algún momento sintieron que la vida de su hijo corría peligro.

Ante esta situación considero que realizar una consulta con un neurólogo infantil o un electroencefalograma (aunque médicamente no se justifique) puede llevar tranquilidad a los padres.

Si un menor de 1 año presentó una segunda convulsión febril, es de suponer que tiene una predisposición mayor a sufrir convulsiones y que éstas recurrirán ante cada cuadro febril. Entonces, algunos neurólogos infantiles recomiendan dar diazepam ante cada cuadro febril. Esta droga es un tranquilizante y anticonvulsivante. Es importante tener en claro que en este caso la medicación no está curando nada, simplemente tapa las manifestaciones clínicas de la convulsión, ya que la inmadurez del cerebro (sobre todo del centro regulador de la temperatura) permanece inalterada.

Los chicos mayores de 1 año que en alguna oportunidad presentaron un pico febril de más de 39* y no sufrieron una convulsión febril, es muy improbable que alguna vez vayan a sufrirla.
fuente: pediatriaenfamilia

Dentición...

Dentición (Erupción dentaria)
La erupción dentaria es un fenómeno natural que suele ocurrir entre los 6 y 12 meses, y no suele causar demasiados trastornos. Habitualmente el primer signo es que después de un par de días de llanto e irritabilidad asoma la puntita de alguna de la dos paletitas inferiores y se puede palpar el filo del diente.

En algunas ocasiones produce más inflamación de lo esperado, con el consiguiente dolor.

Localmente lo único que se puede colocar son mordillos fríos, ya que los calmantes locales con xilocaina (un anestésico) pueden adormecer la zona de la deglución, lo cual es peligroso.

También se puede administrar una analgésico como dipirona, ibuprofeno o paracetamol.



Falsa alarma:

Todos los bebés mayores de 4 meses pasan por una fase masticatoria de la etapa oral, también conocida como fase canibalística, en la cual salivan mucho y muerden todo lo que está a su alcance. Las abuelas suelen decir ¡seguro que está sacando algún dientito! Pero menos del 10% de los chicos de esta edad comienza con la erupción dentaria. Muerden porque les da placer morder.

La erupción dentaria por sí misma no puede producir resfríos ni diarreas, estos en general son cuadros virales. Lo que suele suceder es que la inflamación de las encías y el dolor bajan las defensas, entonces si este chico está en contacto con algún virus es altamente probable que se contagie, entonces la erupción dentaria PREDISPONE a sufrir alguna infección leve.



¿En que orden aparecen?

La erupción dentaria suele seguir una cronología que no se cumple en el 100% de los casos, (ni el tiempo ni el orden de aparición)

Casi siempre aparecen de a pares y en la siguiente secuencia:

· Incisivos centrales inferiores (paletas) (6 a 8 meses)
· Incisivos centrales superiores (paletas)(8 a 10 meses)
· Incisivos laterales superiores (8 a 10 meses)
· Incisivos laterales inferiores (10 a 15 meses)
· Primeros molares inferiores y luego los superiores (12 a 15 meses)
· Caninos inferiores y luego los superiores (colmillos)(18 a 24 meses)
· Segundos molares inferiores y luego los superiores (24 a 36 meses)




Si bien la mayoría de los bebés comienza la erupción a los 6 meses, hay un porcentaje de bebés que al año aún no tienen ningún diente. Se puede esperar hasta los 14 meses antes de hacer una consulta con un odontopediatra.

Entre los 2 años y medio y tres años los chicos tienen completa la fórmula dentaria temporal. A partir de los 6 comienza el recambio dentario y erupcionan los primeros molares definitivos.



Cuidados de los dientes:

Al nacer, tu bebé tiene dentro del maxilar los 20 dientes de leche y las células diferenciadas que darán origen a los 32 dientes definitivos. El cuidado debe comenzar antes del nacimiento con la administración de fluor a la madre y, luego del nacimiento, al bebé. Luego de la erupción de los dientes, debés limpiarlos. Podés envolverte el dedo con una gasa limpia y repasar la cara anterior (labial), posterior (lingual) y masticatoria de los dientes luego de cada comida. Existe un dedal con felpa que sirve para este propósito. Cuando tu bebé sea más grande, debe tener su propio cepillo para que se haga amigo del cepillado, que te vea cada vez que te cepillás tus dientes y que juegue a cepillarse (aunque luego vos le debas repasar). Toda actividad rutinaria (higiene, alimentación, etc) que tu hijo aprenda como una diversión, la mantendrá en el tiempo. Si, en cambio, es una pelea o una obligación, va a ser muy difícil que la siga realizando.

Falso Croup

El croup no es una enfermedad única, sino un conjunto de afecciones, en las cuales la inflamación de la vía aérea superior (especialmente la laringe) produce una tos perruna o de foca.
La mayoría de los casos de croup son el resultado de una infección viral, y menos frecuentemente el croup puede ser causado por una bacteria o una reacción alérgica. Los virus que más comúnmente provocan el croup son el virus de la parainfluenza 1,2 y 3 (responsables de la mayoría de los casos), el adenovirus, el virus sincicial respiratorio, la influenza o gripe (este es el virus que produce los cuadros de mayor severidad, mayor número de hospitalizaciones, mayor frecuencia de otitis media y neumonía por lo que se recomienda vacunar contra la gripe a los mayores de 6 meses antes del comienzo del invierno)



El croup suele presentarse entre los 3 meses y los 5 años de edad y tiene mayor incidencia durante los meses de invierno y al comienzo de la primavera. Los niños menores de 2 años, sobretodo aquellos que no recibieron leche materna, suelen tener los cuadros más severos. Es muy común que el croup empeore de noche, y suele durar de 5 a 6 días pero las primeras dos noches son las peores.

La zona más inflamada suele estar debajo de la glotis, donde se encuentran las cuerdas vocales, por lo que es muy común que exista disfonía. Por este motivo el croup suele llamarse también laringitis subglótica.

Antes de la aparición de la vacuna contra la difteria, el croup diftérico era el más frecuente. La difteria es una enfermedad bacteriana muy grave y con un alto índice de mortalidad, por lo que se reservaba el término de falso croup para los cuadros virales más leves.

Gracias a la administración masiva y obligatoria de la vacuna contra la difteria (incluida en las vacunas triple, cuádruple, quíntuple o séxtuple) a los 2,4,6 y 18 meses y a los 6 y 16 años, este cuadro prácticamente ha desaparecido, convirtiéndose entonces el croup viral (antiguamente llamado falso croup)en el diagnóstico más frecuente.

La mayoría de los casos de croup viral son leves y pueden tratarse en el hogar, siendo extremadamente raro que un crup viral llegue a ser grave y ponga en peligro la vida del niño.

El croup espasmódico se diferencia del viral en que no presenta síntomas de infección: no hay fiebre ni ganglios inflamados y no existe el antecedente de un contagio. Es usual que la tos comience a la noche de manera repentina, y suele repetirse tres a cuatro veces por año. Ante un primer episodio de croup espasmódico, puede ser difícil diferenciarlo de una laringitis viral, pero con la repetición de los síntomas a las pocas semanas, el diagnóstico es más sencillo. Suele presentar desencadenantes emocionales o alérgicos.

El croup alérgico está producido por la reacción alérgica desencadenada por la ingestión de algún alimento o medicamento o por la picadura de un insecto, en un niño con antecedentes personales o familiares de alergia. Este cuadro puede llegar a ser grave, por lo que requiere atención médica de urgencia.



Síntomas y Signos

El croup se caracteriza por una tos perruna o de foca, fuerte, habitualmente dolorosa que suele empeorar con los cambios de posición, sobre todo al acostarse.

Durante el período de incubación del croup viral, el niño presenta los síntomas de un resfrío, como rinorrea (secreción nasal) y fiebre de baja intensidad (hasta 38º5), que cede fácilmente con los antitérmicos. A medida que las vías respiratorias superiores (tráquea y laringe) se inflaman, el niño puede ponerse ronco y tener una tos áspera y perruna.

En los casos más severos de inflamación laringea, suele aparecer un sonido agudo (“estridor”)

Los síntomas de croup suelen empeorar a la noche, cuando el niño llora o se asusta.



Contagio

El croup es epidémico durante el invierno y al comienzo de la primavera. Este no es el único cuadro producido por los virus responsables, por lo que un niño con resfrío puede contagiar un croup, y el niño que está sufriendo croup puede contagiar al hermano menor un cuadro de bronquiolitis.



Diagnóstico

Para diagnosticar un cuadro de croup basta con escuchar la tos característica. Aquellos niños que habitualmente sufran broncoespasmo ante cuadros virales, deben ser cuidadosamente examinados para recibir medicación broncodilatadora en caso de requerirla.



Tratamiento

Los casos leves de croup viral no precisan más tratamiento que humidificar la vía aérea mediante nebulizaciones o vapor.

La mayoría de los pacientes con croup atendidos en los sistemas de urgencia, guardias y por médicos a domicilio reciben corticoides sistémicos (vía oral o inyectable) Está demostrado que los cuadros leves y moderados no mejoran con corticoides sistémicos. Inclusive pueden empeorar, ya que los corticoides disminuyen las defensas, por lo que el paciente se encuentra más vulnerable a sufrir un agravamiento o una sobreinfección bacteriana.

Trabajos de investigación recientes han demostrado que los corticoides inhalados (por aerocámara) son capaces de disminuir la intensidad de la tos y acelerar la curación del proceso, aunque es cuestionable su uso en los cuadros leves y moderados ya que se trata de una enfermedad de corta duración y con una incidencia muy baja de complicaciones.

Muchos de los síntomas pueden aliviarse respirando aire húmedo. Se puede abrir la ducha de agua caliente para saturar de vapor el baño y que el niño respire ese vapor durante algunos minutos. Como el llanto empeora la tos, si logramos tranquilizar y distraer al niño, la tos disminuirá.

Muchas veces, la simple exposición del paciente a la inhalación de aire frío y húmedo hará que el ataque de tos se interrumpa, ya que el frío desinflama a la laringe inflamada (como si colocáramos hielo sobre un chichón). Los padres de niños que sufren de laringitis espasmódica a repetición, suelen hacer respirar aire del freezer al niño cuando comienza con la tos típica de este cuadro. El mismo efecto puede lograse dando de beber líquidos fríos. El frío puede cortar una crisis de tos, pero no es bueno para la faringe ni para los pulmones, por lo que es recomendable no utilizarlo más de tres a cuatro veces por día e intercalarlo con baños de vapor.

Aún en ausencia de fiebre, la administración de ibuprofeno o dipirona como analgésico y antiinflamatorio, puede aliviar los síntomas.

En las salas de emergencia y guardias pediátricas se suele utilizar la epinefrina o adrenalina en nebulización ya que produce un rápido mejoramiento de los síntomas. Esta medicación puede producir un cuadro importante de taquicardia (aumento de la frecuencia cardíaca), llegando en algunos casos a dar arritmias cardíacas, por lo que solamente puede ser utilizado bajo estricto control médico y una monitorización cardíaca permanente. La epinefrina más efectiva es la racémica, que lamentablemente no se consigue en nuestro país.



Prevención

Se recomienda lavarse las manos antes y después de atender a un paciente que se encuentre sufriendo cualquier enfermedad respiratoria, para prevenir el contagio, además de evitar el contacto cercano con personas que tengan infecciones respiratorias.

Las vacunas contra la difteria, la Haemophilus influenzae (Hib), la gripe y el sarampión protegen a los niños de algunas de las más peligrosas formas de croup.


Fuente: Pediatriadefamilia.com


problemas de sueño...

¿Por qué se despierta en la noche y solo se vuelve a dormir con ayuda?

Una explicación a esto sería la siguiente:

El sueño de los seres humanos se compone de dos fases una con movimientos rápidos de los ojos REM y otra de sueño profundo nO REM. Cada vez que se pasa de una fase a otra se complementa un ciclo de sueño y al pasar de un ciclo a otro casi nos despertamos. De este modo todas las personas experimentan cierto número de breves despertares durante la noche, en especial cuando están soñando (durante el sueño REM , poco profundo) En general, los individuos no están conscientes de estos despertares y se vuelven a quedar dormidos rápidamente. Los bebés también experimentan estos cambios de ciclo con sus consiguientes breves despertares pero con la particularidad de sus ciclos de sueño son más breves y más numerosos

El ciclo más largo de sueño de un bebé son de 5 horas y media, y es esto lo que pretendemos con la participación en este grupo, estimular para conseguir estas horas de sueño ininterrumpido y poco a poco ir logrando un poco más.


De lo anteriormente expuesto se deduce que todos los bebés (al igual que todos los adultos) se despiertan naturalmente 4 ó 5 veces por noche después de haber soñado. Como no se despiertan por completo, muchos de ellos se pueden volver a dormir solos. Sin embargo, muchos otros lloran para llamar a su padre o su madre, para comprobar que siguen ahí y que no han sido abandonados o para que les ayuden a volver a dormir. Como generalmente se duermen siendo mecidos, mamando, con el chupete... no asocian la cuna con el sueño.


¿A qué edad del bebé se pueden tomar acciones para mejorar las noches ?

El sueño de un recién nacido está repartido durante todo el día por lo cual es inútil intentar imponer un patrón de sueño a un bebé recién nacido y hasta los tres meses. Durante este periodo inicial de su vida se dedica principalmente a satisfacer sus necesidades: de comer, de ser limpiado y de tener contacto con su madre y cuando están satisfechas duerme. A no ser que sufra de cólicos, este trastorno pasajero le amarga las tardes y las noches, sin otro consuelo que poder estar en los brazos de sus padres para aliviarle.

Es más adelante, allá por el 4º- 5º mes que ya se empiezan a distinguir periodos de vigilia más prolongada durante las horas de luz y sueño durante la noche. Y es durante este periodo donde se pueden hacer una serie de acciones que predispongan al bebé para el sueño (generalmente una rutina de buenas noches) y así ayudarle a establecer unos patrones de sueño cada vez más estables y más largos.

El sueño infantil, mitos y realidades

Preguntas y respuestas...


¿Cuanto tienen que dormir los niños?


Echa un vistazo a esta tabla, es una guía general, cada bebé es diferente, por supuesto, pero todos necesitan más o menos estas horas de sueño.





Edad
Nº de siestas
Duración siestas (horas)
Horas de sueño nocturno*
Total horas sueño






1 mes
3
6-7
8-10
15-16




3 meses
3
5-6
10-11
15






6 meses
2
3-4
10-11
14-15






9 meses
2
2-4
11-12
14






12 meses
1-2
2-3
11-12
13-14






2 años
1
1-2
11-12
13






3 años
1
1-2
11
12




4 años
0
0
11
11-12






5 años
0
0
11
11




*(las horas de sueño nocturno no son de “un tirón”) Estos valores son estimativos, pueden variar entre una y dos horas arriba y abajo.


(Fuente : Felices Sueños, Elizabeth Pantley , Ed. Mc Graw Hil)l






¿Cómo es el sueño de los bebés?


Se sabe que los esquemas de sueño se empiezan a formar antes del nacimiento. La fase REM o sueño activo es la primera en formarse y ya se detecta en fetos de 6 o 7 meses de gestación, y la no-REM o sueño tranquilo no se detecta en los fetos hasta el 7º o 8º mes de gestación y en una proporción muy baja en comparación con la anterior, proporción que se mantendrá durante algunos meses más.




Es decir, en el momento de nacer, las etapas de sueño ya están establecidas (REM y no-REM), pero presentan diferencias con las de un niño mayor y con la de los adultos.




En el primer estadio de evolución del sueño de los niños, predomina el sueño activo (REM) , ya que se ha demostrado que el sueño tranquilo (no-REM) requiere una mayor madurez cerebral.




Se ha encontrado que el sueño activo está relacionado en el desarrollo del feto y del bebé, en este estado el cerebro recibe estímulos, estos impulsos atraviesan los nervios usados por los sentidos (oído, tacto, olor, gusto y vista) y se sospecha que más adelante el cerebro incorpora estos estímulos al sueño (por eso en la fase REM se sueña). En el caso de los bebés estos estímulos ayudan a que el cerebro SE desarrolle. Esta necesaria maduración es imprescindible para la formación correcta de los centros cerebrales más importantes.




Por lo anteriormente expuesto se deduce que el sueño activo es el más importante para los bebés. Un recién nacido pasa el 50% de sueño en REM, proporción que mantendrá hasta los tres años que disminuirá hasta un 33%, para llegar finalmente a un 25% en la adolescencia y en la edad adulta.






En un recién nacido la fase de sueño activo (REM) se detecta fácilmente, ya que durante ella, el bebe presenta respiración irregular, se observa movimiento de sus ojos a través de los párpados, y a veces tienen movimientos musculares que parecen sonrisas. Cuando un bebé está en sueño tranquilo (no-REM) su respiración es pausada y más profunda, y su musculatura está relajada. Cada vez que se pasa de un estado REM a un no-REM se complementa un ciclo de sueño.








¿Es cierto que los bebés de 6 meses duermen toda la noche?


Los niños que se despiertan son algo más de la mitad. Tu hijo no es una excepción, en realidad su comportamiento forma parte de su evolución normal y tarde o temprano acabará pasando.


Un recién nacido tiene que aprender a diferenciar entre el día y la noche. Para ellos no es fácil. Al principio sus intervalos de vigilia y sueño se distribuyen por igual en el día y la noche. Este proceso puede durar entre uno y dos meses. A estas edades también se pueden presentar cólicos y molestias intestina que dificultan mucho el sueño de los pequeños.


*Alrededor de los 6 meses los bebés adquieren el resto de las fases del sueño (nacen solo con dos de las cuatro que poseemos) y aprender a dominarlas suele significar un incremento de los despertares nocturnos.


*A los 8 meses se inicia la etapa de la angustia de separación en la cual es frecuente que los despertares de los bebés se incrementen porque necesitan saber que su madre está cerca, que les va a atender y a cubrir sus necesidades.




A esto hay que sumarle que a estas edades empiezan a aparecer molestias como la erupción de los dientes, que molestan e impiden al bebé descansar adecuadamente.


Los hitos en el desarrollo psicomotriz como sentarse, gatear, caminar, etc. alteran a muchos bebés que quieren practicar estas nuevas habilidades día y noche.


*A partir del año y medio más o menos comienza la etapa de las pesadillas que no dejan dormir a los niños a gusto.


Y cualquier cambio en la vida cotidiana del bebé también interfiere en las noches: cuando la madre regresa al trabajo, un cambio en la canguro o en la guardería, el fin de la lactancia, el comienzo de la comida con sólidos, etc.


Y es que realmente los primeros años de la vida de un niño al estar llenos de cambios son muy estresantes para ellos, no solo para las madres y padres. Para mejorar las noches hay que buscar comprender las causas normales a sus alteraciones de sueño.


El objetivo de esta web es ayudarte a dar con estas causas y mejorar los estímulos externos para facilitar esta evolución.






¿Cuales pueden ser las causas de que los niños no concilien el sueño?


La primera causa de que los niños no duerman como no gustaría a sus madres y padres es biológica y natural. Los niños pequeños, sobre todo los bebés, están preparados para despertarse porque lo necesitan para sobrevivir. Es por ello que sus fases de sueño son diferentes de las de los adultos y en ellos predominan las fases de sueño ligero. Un bebé necesita despertarse para comer cada tres o cuatro horas, necesita alertar a su cuidador de que tiene frío o calor, de que está sucio, de que se siente mal, etc. Por eso es completamente normal y sano que un bebé recién nacido se despierte varias veces por la noche.


Ahora bien, como madres y padres la dificultad de conciliar el sueño de nuestros hijos y sus despertares nos resultan agotadores y terminan por pesarnos en nuestras actividades cotidianas.


Para ayudarnos existen algunas técnicas que nos ayudan primero a reducirlos y luego, a medida que crecen nuestros hijos (y su sueño madura) a anularlos.


Si nos centramos en los problemas de conciliación (ayudarle a dormir) nos encontramos con diferentes tipos de “problemas” (lo entrecomillo porque son problemas para nosotros como adultos, no para nuestros hijos).


1- Los bebés trasnochadores, esos que se duermen a horas muy tardías


2- Los bebés que odian la cuna y que en cuanto la sienten se despiertan. (En broma le llamamos el síndrome de la cuna con pinchos).


3- Y algunos padres también consideran un problema que niño o bebé necesite la presencia paterna o materna para conciliar el sueño.


En los dos primeros puntos, la principal causa que he observado es la falta de una rutina para ir a dormir, es decir, la presencia de ciertas actividades que tranquilicen al bebé y lo ayuden a entender que va siendo hora de pensar en dormir. Muchos padres excitan a sus hijos mediante el juego antes de ir a dormir logrando así posponer la hora de sueño ya que un niño cansado y excitado es más difícil de relajar. (Igual que nos pasa a los adultos).




En el tercer caso: la presencia de la madre o padre para conciliar el sueño, aunque muchos padres lo vivan como un problema, no lo es en absoluto. Es normal que los bebés y los niños requieran de la presencia paterna. Esto les brinda seguridad y afecto creando fuertes lazos de apego que resultan muy enriquecedores para el futuro y para la vida familiar.






¿Por qué le tengo que ayudar siempre a dormir y tardo una eternidad en lograrlo aunque veo que se cae de sueño?


Cada bebé es diferente, pero a la mayoría les va muy bien comenzar a dormir en el rango de 20.30-21.00, sobre esa franja horaria se ponen en funcionamiento una serie de mecanismos hormonales en nuestro cuerpo y en nuestro cerebro que inducen al sueño


Cuando los bebés son muy pequeños tienen horarios muy irregulares y con muchas horas de sueño diario (solo comen y duermen) y es normal que los pongamos a dormir a las 11, de la noche..., pero cuando se hacen un poquito más grandes (a partir de los 4 meses más o menos) cambian sus ritmos de vigilia-sueño y pasan más horas despiertos durante el día.




Por eso, al final de este (y si se le añade el agravante de no dormir bien las siestas), están tan cansados que les cuesta muchísimo dormirse y pueden mostrarse a la hora de dormir muy activos, nerviosos e incluso gruñones.





Mas preguntas y respuestas.. proximamente!

Trastornos del Sueño: Una mal sin remedio?

Que es el sueño ?

El sueño es un período del día o de la noche de duración variable durante el cual los niños descansan, elaboran temas que les preocupan, maduran física y psíquicamente, y aprenden a independizarse del resto del mundo (sobre todo de mamá y papá) por algunas horas.
Entonces, no es dificil llegar a la conclusión de que conciliar el sueño parece ser una tarea complicada para los niños, un verdadero desafío, un momento de gran vulnerabilidad.


Según estudios realizados en la Universidad de Colorado, todos los bebes transitan por ciclos de sueño liviano y profundo durante una misma noche.
A lo largo del desarrollo, es esperable que los primeros vayan disminuyendo y los segundos aumentando. Aproximadamente a la edad de 4 meses, el bebe logra dormir 3 o 4 horas seguidas.

Dentro de este periodo hay 90 minutos de sueño muy profundo, y en los extremos el sueño es liviano, casi un estado de semialerta.


En estos momentos es cuando el bebe está propenso a despertarse. Minutos después, entrará en la proxima fase de sueño profundo, con lo cual completará su descanso nocturno de aproximadamente 8 horas.



El modo de actuar de los padres durante ese intervalo de vigilia es fundamental.

Si encienden la luz, alzan al niño o lo alimentan, es muy probable que no vuelva a dormirse tan facilmente, y, peor aún, que el hábito del sueño interrumpido se transforme en una fastidiosa costumbre.
Si por el contrario, al despertarse no encuentra una respuesta inmediata, se verá obligado a encontrar su propia rutina para continuar durmiendo.
Estos mismos estudios, aseguran que el ritmo circadiano de 24 horas ya esta firmemente arraigado al nacer, ya que el bebe los aprende durante el embarazo, acompañando a la madre.
El recién nacido ya tiene un modo propio de dormir y de despertarse. Por lo tanto, la tarea de los padres se resume sencillamente a generar el ambiente propicio para que mismo ritmo continue.




Que es el insomnio infantil?

El insomnio infantil es un trastorno que se caracteriza por alguna de las siguientes situaciones:
a) Dificultad para dormirse solo

b) Frecuentes despertares nocturnos (entre 3 y 15 veces); con imposibilidad de volver a dormirse sin ayuda de los padres

c) Sueño muy superficial

d) Menos cantidad de horas de sueño que lo normal para su edad



Los niños padecen insomnio por dos causas principales

1º) Adquisición errónea el hábito del sueño; el 70% de los bebes comienzan a dormir más de 4 horas seguidas a partir de los 3 meses de vida, y el 83 % duerme 8 horas al cumplir 5 o 6 meses.
Sin embargo, luego del año, todavía queda aproximadamente un 10 % de niños que no duerme la noche entera.

En este caso el niño debe ser re-educado y estimulado para dormir. Como todos los hábitos, este también se aprende por repetición, es decir, insistiendo en la misma táctica una y otra vez, con mucha paciencia, hasta lograr que el bebe se acostumbre a ello.

Los enojos por la noche son contraproducentes, ya que el bebe se angustia y solo lograremos que llore más, o que decida desafiar nuestro enojo con una larga noche sin dormir.

Es habitual que los padres interpreten que el niño se despierta para reclamar alimentos, pero, en realidad, a partir de los 6 meses aproximadamente, el organismo está en condiciones de utilizar las reservas de glucosa para tolerar un ayuno nocturno.

Por lo tanto, es muy probable que alimentándolo en medio de la noche, sólo logremos darle al bebé la "buena" idea de que hay un motivo válido para despertarse.



2º) Cualquier alteración de la rutina del bebé( una mudanza, el nacimiento de un hermanito); o, en los bebés muy activos, cualquier progreso madurativo que les produzca excitación (aprender a caminar, a gatear, etc).

De hecho, los bebés son altamente sensibles y perceptivos, y el sueño es en general el primer síntoma de que algo distinto está sucediendo.

Esto es normal y, por suerte, transitorio.

Una vez que se normalice la situación o que el bebé logre adaptarse a la novedad, volverá a dormir como antes, sin ninguna dificultad.

Por otra parte, la mayoría de los niños viven el momento de la noche como un momento muy peligroso, ya que se lo aparta de las personas que lo cuidan.

Al principio es muy difícil para él entender que esta separación es transitoria, por lo que se asusta mucho y sólo se calma cuando acuden a socorrerlo.
Poco a poco, irá comprendiendo que no queda abandonado, y le alcanzará con ver su cuna, su chupete o su muñeco preferido para proseguir el sueño
Por esta razón es tan importante transmitirle la seguridad de que el adulto permanecerá junto a él durante la noche, y apenas lo comprenda, avanzar en enseñarle a estar un rato solo.
La noche es una continuación del día, y para el bebé no existe una línea divisoria entre ellos.
Es por esto que no debemos alarmarnos cuando el bebé luego de algun día "especial" presente dificultades para dormir, seguramente ésto será pasajero y todo volverá a la normalidad rápidamente.



Aprender a dormir solo de noche está ligado, sin ninguna duda, a la tarea de aprender acerca de la independencia, y esto, que parece tan sencillo, resulta a veces un verdadero desafío de la crianza





TRASTORNOS DEL SUEÑO EN EL LACTANTE

Aunque estos trastornos son, generalmente, "benignos" no deben ser subestimados, pues pueden ser inicio de trastornos de mayor amplitud.Hay variaciones importantes en cuanto al nº de horas de sueño que un bebé necesita: suele ser alrededor de 17 horas, y al final del año de unas 15 horas.

Durante los 3 primeros meses, las interrupciones nocturnas suelen ser frecuentes hasta que poco a poco vayan estabilizándose sus ritmos de sueño.

- Se evitará sobreestimular al bebé durante la vigilia, sobre todo, en momentos cercanos a la hora de dormir.

- Se cuidarán las condiciones externas: luz, ruidos, calor,...

- Y la madre, con sus cuidados "arropará" afectivamente al niño para que éste pueda abandonarse al sueño sin miedos.

El trastorno, propiamente hablando, más común es aquel en el que el bebé duerme períodos de corta duración, seguido de despertares frecuentes, con lloros. Ello altera la vida familiar de forma importante.

Para poder incidir sobre este trastorno, habrá que revisar qué hace el bebé durante el día pues, generalmente, en la mayoría de estos casos se dan condiciones poco favorables para que se establezca un adecuado período de descanso.



PROBLEMAS AL ACOSTARSE

El niño, en cuestión, muestra resistencia a acostarse por diferentes motivos (miedo a la oscuridad, miedo a no despertarse, por sentir inseguridad cuando está solo, por preferir la compañía y la atención de los padres,...), siempre recurriendo a excusas y/o a conductas manipuladoras. Mientras el niño va consiguiendo alargar el momento, va consiguiendo dosis suplementarias de atención y retrasando la angustia que le produce la separación.

Es conveniente e idóneo atajar este problema antes de que se produzca, y la forma de hacerlo es no transigir en el momento de ir a la cama.

Si esto ya se ha convertido en un problema habrá que establecer todo un plan:

- decidir y señalar en qué momento preciso el niño debe acostarse.

- establecer, en los momentos previos al acostarse, rituales que den seguridad al niño (es decir, hacer cosas que vayamos repitiendo cada día y que le vayan mentalizando de que se acerca la hora de dormir: leer un cuento, coger su muñeco preferido,...) pero sabiendo cómo poner punto y final y no dejar que también se alarguen incansablemente.

- procurar evitar actividades o juegos demasiado excitantes y activos en los momentos previos de acostarse.

- y, en ocasiones, sería conveniente ofrecer alguna pequeña recompensa al niño por haber cooperado en el momento de acostarse.




DESPERTAR A MEDIANOCHE

Si se produce de manera ocasional, no constituye ningún problema; sí lo será en el momento en que se convierta en un hábito.

El bebé que se despierta a medianoche porque está mojado, tiene hambre o le duele algo no se le puede, en absoluto, ignorar y habrá que proceder como convenga.

Si el niño es ya mayor deberá observarse el motivo que siempre envuelve a esas interrupciones del sueño (a quién llama, qué pide, respuestas que obtiene,...), y con esta información establecer un plan que podrán establecer los propios padres o con ayuda del especialista infantil.



TERRORES NOCTURNOS

Cuando hablamos de terrores nocturnos no nos referimos a sueños que producen miedo, sino a etapas del sueño en las que al niño le cuesta pasar del sueño profundo al superficial.

El niño no los recuerda, y poco se puede hacer para ayudarle durante ese terror; se esperará a que acabe, abrazándolo y calmándolo hasta que vuelva a la realidad.

En principio, no son algo significativo. Sí sería conveniente acudir al especialista, si se dieran con mucha frecuencia y/o se convirtieran en algo muy molesto.

Fuente: Dra. Laura Krinsky - Zona Pediatrica Staff